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«Volvamos a los pliegos de cordel, a las historias de sangre y navaja, a los achares y a las duquelas, a la rumba canalla que mestizó los ritmos de la negritud con los de la gitanería para hacerse barro y uralita, descampado y fogata donde, durante los inviernos, se arrimaban los niños descalzos de aquellos tiempos en los que se plantaban chabolas a la noche igual que flores de luna».
Los cincuenta y cuatro artículos que contiene este libro (escogidos con mimo para la ocasión) trazan, página a página, un viaje a través de la música, literatura y otras expresiones artísticas que forman parte del universo cultural de Montero Glez.
«En el principio fue el aullido, el grito liberador cuya sombra se proyectaba en el infierno. Luego llegó el metal del saxofón, el cuerno del diablo que imita los bocinazos de los coches; el sonido de una ciudad donde se abandona todo tipo de esperanza; el mercado negro donde se ofrecen sacrificios al dios Moloch a cambio de interés a corto plazo».
- Autor: Montero Glez
- Título: No soy Enrique Vila-Matas
- Formato: 10,5 × 15,5 cm
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Extensión: 288 páginas
- PVP: 20 €
- Lanzamiento: septiembre 2025
- ISBN: 978-84-128525-3-0
- THEMA: DNP, AVLP, ATM

De la persona se sabe que nació en Madrid en 1965, que llegado un punto de su vida se piró a Cádiz y que lleva ahí ya media vida. De lo demás, lo que debemos saber es que es un hombre que escribe. Y cómo escribe
Cuando sacó Sed de champán le apuntaron los focos, y desde entonces no ha dejado el oficio. De los premios que mencionamos al comienzo de la página, todos se concedieron a «novelas» salvo el último, que se trata de una especie de cuaderno de viaje a través del flamenco, un ensayo guapísimo, la verdad.
Porque aunque mucha gente crea lo contrario, las novelas y los relatos son solo una parte de la obra de Montero Glez,. Además de Huella jonda del héroe y el (recomendabilísimo) ensayo narrativo titulado La imagen secreta (Pepitas Ed.), también ha publicado libros con piezas dedicadas al mundo del fútbol (sus Apuntes futboleros… o el Diario de un hincha…), un libro de crónica (¡Al cajón!), uno de textos personales (Almanaque incendiario) u otros de artículos periodísticos (como El verano: lo crudo y lo podrido).
Pero independientemente del palo que toque (novela, relato u otros géneros), su estilo es inconfundible. Una prosa que juega con el sonido de las palabras y que crea una melodía sutil que acompaña a la imagen que evoca (y al mensaje que transmite); esa prosa de quienes cuidan muy bien qué palabra elegir, y qué pausas hacer. Estamos muy de acuerdo con Paco Gómez Escribano cuando dice que Montero Glez «escribe con compás».
Además está el mensaje, la voz de quien siempre se ha mantenido al margen de modas y postureos, la de quien conoce muy bien el alma del ser humano, el reflejo del sol en el horizonte y también la noche oscura y profunda. Si hace falta convierte la pluma en navaja. Nos flipa.
Y ahora, entrando en terreno personal-editorial —que para eso es nuestra página web—, no nos quedaríamos a gusto si no os contamos que llevamos siendo lectoras suyas desde hace más de veinte años, media vida. Si hubiera estudios de Moteroglezología, tendríamos tres másteres ya. Desde La trinchera cósmica (el blog que tenía en internet) y los libros publicados con seudónimo, hasta este Papelillo, lo tenemos prácticamente todo. Con eso queremos decir que el hecho de editar este libro ha sido para nosotras un sueño hecho realidad. Esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotras.