«un hombre que escribe»

Montero Glez. © Lola García Garrido.
Montero Glez (Madrid, 1965) se autodefine como «un hombre que escribe». Ha sido galardonado con premios como el Azorín y el Logroño de Novela (por Pólvora negra y Talco y bronce, respectivamente), el Ateneo de Sevilla (por El carmín y la sangre) o el Llanes de Literatura de Viajes (por Huella jonda del héroe).
Su último libro publicado antes de No soy Enrique Vila-Matas (Papelillo Editorial, sep. 2025) fue La vida secreta de Roberto Bolaño (Navona Ed., 2024). Colabora periódicamente con medios como El País, La Sexta o elDiario.es.
Su obra
Montero Glez cultiva una literatura inconfundible. Elige cada palabra con precisión, y atiende a los sonidos y a los silencios; por eso su prosa está marcada por la musicalidad y el ritmo.
Irrumpió en el panorama con Sed de champán, y desde entonces no ha dejado el oficio. Al contrario de lo que se pueda pensar al ver su palmarés, las novelas y relatos constituyen solo una parte de su trayectoria.
Además de la premiada Huella jonda del héroe y del (altamente recomendable) ensayo narrativo La imagen secreta (Pepitas Ed.), ha publicado crónica (¡Al cajón!), diarios (Almanaque incendiario) y varios recopilatorios de artículos (El verano: lo crudo y lo podrido, entre otros).

Muestra de sus libros (Biblioteca Papelillo Ed.).
Sea novela, cuento, ensayo o artículos, su estilo siempre deslumbra a quien lee.
Así lo demuestra, una vez más, en No soy Enrique Vila-Matas.
«Volvamos a los pliegos de cordel, a las historias de sangre y navaja, a los achares y a las duquelas, a la rumba canalla que mestizó los ritmos de la negritud con los de la gitanería para hacerse barro y uralita, descampado y fogata donde, durante los inviernos, se arrimaban los niños descalzos de aquellos tiempos en los que se plantaban chabolas a la noche igual que flores de luna».


